Autor: Daniel Egido Sánchez de Vega, socio de la AEA
Mientras chateamos por wasap, sacamos fotos o hacemos un bizum, se está librando una guerra tecnológica.
A instancias de nuestra despreocupación, las grandes (y no tan grandes) empresas tecnológicas intentan diseñar el futuro, adelantándose a la ya de por sí nada despreciable velocidad de avance de la innovación y de los usos sociales. Ya no sólo les preocupa el presente, en términos de vender más dispositivos, sino que quieren asegurar su posición a medio y largo plazo: en el primer caso con pequeñas mejoras (una cámara con un poco más de resolución, una memoria con algún giga más de almacenamiento…) que nos mantenga entretenidos, enganchados y siempre ávidos de un poco más; y en el segundo caso con un salto cualitativo, con algo que revolucione el mercado y la sociedad. El reto es sustituir el teléfono móvil por un concepto nuevo.
Hay varias iniciativas en marcha, algunas huelen a verdadera ciencia ficción, pero de momento ninguna ha conseguido resolver todos los problemas y satisfacer todas las necesidades que tenemos o demandamos y que actualmente el móvil sí cubre en mayor o menor medida. Ya no digamos generar nuevas necesidades. En cualquier caso, resulta interesante asomarse para obtener un atisbo del futuro.
Humane AI PIN:
Este es un nuevo dispositivo, con gran potencial. Como el propio nombre indica es como un pin de solapa, bueno, un poco más grande, pero encierra una inteligencia artificial en su interior. Sirve para llamadas, mensajes y fotos. La clave de que pueda ser tan pequeño es que no necesita pantalla, porque la proyecta. ¿Dónde? En la palma de tu mano.
Además, puedes navegar por voz, interactuando de forma natural con la IA del dispositivo, por ejemplo, para recibir información del tiempo, de correos electrónicos, para hacer llamadas e incluso para traducción en tiempo real. Un pin inteligente, al fin y al cabo. Cuenta con conectividad Bluetooth, Wifi, y 3G, así como una serie de sensores como acelerómetro, giróscopo, de luz, etc. Una apuesta muy interesante y que podría hacerse hueco en determinados nichos de mercado, aunque no consiga desbancar al móvil tradicional.
Uno de esos nichos con un buen potencial sería el del colectivo de la discapacidad visual. A pesar de tanta herramienta digital de accesibilidad, sigue existiendo una barrera importante que aún no se ha solventado. Pero el avance tecnológico es prometedor con este tipo de iniciativas. El hecho de que un día (que está cada vez más cerca) podamos realizar cualquier acción con la voz con soltura y naturalidad, sin tener que fijar la vista en una pantalla o de tener que interactuar con esta de forma táctil, genera unas posibilidades ilimitadas para todo el que tiene una visión deficiente o directamente está imposibilitado para ello. La brecha de desigualdad, tanto de oportunidades de todo tipo (educativo, laboral, ocio, etc) como de acceso a la tecnología, se cerraría enseguida y para siempre.
Apple Vision Pro
Otro tipo de dispositivo muy interesante es el de las gafas de realidad mixta (es decir, que combinan la realidad aumentada y la realidad virtual). Hay varias apuestas importantes que pretenden ganarse el mercado, como las susodichas Vision Pro de Apple, las Quest Pro de Meta, las MR Glass de OPPO o las NXT Wear de TCL. En todos los casos pretenden tener funcionalidades de llamadas, multimedia, de uso de todo tipo de aplicaciones y juegos.
Por supuesto, este tipo de gafas debe contar con una gran resolución en su visión panorámica y con altavoces integrados, así como una electrónica potente para un procesamiento en tiempo real, con el objetivo de proporcionar una verdadera experiencia inmersiva
Hay una funcionalidad avanzada que es cómoda a la par que curiosa: Puedes controlar el interfaz mediante la propia vista. Esto se consigue con un sistema de seguimiento ocular que usa LEDs y cámaras infrarrojas para proyectar patrones de luz invisibles en cada ojo. Dicho así, suscita el temor de si resulta saludable para los ojos, en concreto en ojos afectados por una enfermedad congénita. En un principio habría que confiar en que este dispositivo cumple con los estándares pertinentes y no resulta dañino, pero hay que ser conscientes de ello y precavidos a la hora de adquirir estas gafas. En la misma línea de análisis de su uso por personas con discapacidad visual, habría que asegurarse de que esa visualización en su modo de realidad virtual o de realidad aumentada, para un entorno de trabajo o recreativo, cumple con la normativa de accesibilidad y permite que el usuario pueda trabajar con la interfaz de manera cómoda y adaptada (tamaño de letra, contraste de elementos, etc). En el caso de las Apple Vision Pro parece estar asegurada una función de zoom con la que poder tener el control de la visualización del entorno en el que el usuario se encuentre.
En cualquier caso, es difícil que este tipo de gafas consiga desbancar al móvil tradicional, por mucha versatilidad en las aplicaciones y mucha batería de sensores que tenga. La limitación principal es lo aparatoso de llevarlo por la calle, por no decir impracticable, sin contar con la duración de la batería. Seguramente, compite más con el PC, ya sea bien para sustituirlo o para convertirse en un complemento muy valioso de este.
Wearables
Otro candidato es el conjunto de dispositivos “ponibles”, como son los relojes inteligentes, prendas inteligentes o lentillas inteligentes. De nuevo, más que sustituir al móvil, convivirían con él como complementos más o menos indispensables. Este último es llamativo y resulta un proyecto interesante, cuya iniciativa la desarrollan empresas como Google o Mojovision. El hecho de tener un ordenador sobre el ojo huele a ciencia ficción, pero está cada vez más cera y tiene un gran potencial. Puede ser una simple extensión de lo que vemos en el móvil o tener más autonomía funcional, como la aplicación de la realidad aumentada y con un control ocular, de manera que, dependiendo de a dónde miremos, se despliegue la información pertinente de los elementos del entorno. Y para la agudeza visual, podría incorporar funciones de autoenfoque o algún tipo de zoom, así como regulación de la luminosidad, de manera que quedarían resueltas así algunas deficiencias visuales.
El problema principal ya no es implementar electrónica y sensórica, ya que con los avances en miniaturización, es una realidad actual, sino que lo que lo supone un desafío es incrustar una batería en un espacio tan reducido y, por supuesto, que sea seguro para la salud ocular.
En cualquier caso, la empresa asegura que es una lentilla como otra cualquiera, que sirve para todos los públicos, incluido el colectivo con problemas de visión o que ya hace uso de lentillas de algún tipo. Sería interesante poder probar cómo se lee un texto en esta que, sin duda, es la pantalla más pequeña del mundo.
Móvil plegable
De momento, lo que parece más plausible son ideas menos disruptivas. Los actuales fabricantes de móviles, en vez de explorar un futuro sin este dispositivo, lo que intentan es mejorar su manejo. Una posibilidad es enrollar el móvil en la muñeca, otra es poder doblarlo por la mitad, como si fuera una cartera. Los avances en la ciencia de materiales nos van a permitir ver estos y otros escenarios increíbles.
La idea que va tomando forma de un móvil enrollable viene de lejos. Aún recuerdo a aquellos fantásticos Power Rangers de la infancia. Alucinábamos con sus relojes con los que podían comunicarse. Ya lo tenemos hoy en día, pero sería ir un paso más allá de los actuales relojes inteligentes, sólo que dejaría de ser un dispositivo complementario para pasar a ser el dispositivo único y central de nuestro uso y necesidad. Por el momento Samsung ha registrado una patente, por lo que seguramente lo veremos hecho realidad.
No hay un claro vencedor sobre la tecnología del futuro, y mucho menos como sustituto del móvil, pero lo que sí podemos apreciar es que hay un abanico de posibilidades cada vez más cerca y al alcance de la mano (y del ojo) que seguramente convivan en un ecosistema tecnológico que permita a la gente escoger la opción que más le convenga. Las expectativas sobre las prestaciones técnicas y funcionales de los dispositivos que llegarán hasta nosotros dan esperanza para que ayuden a salvar los obstáculos que aún persisten para las personas con problemas visuales en su integración completa en el mundo digital.